En 1532 el país, que constituía el impero septentrional de los Incas, fue conquistado por Francisco Pizarro y quedó bajo el dominio español.
En 1822 se liberó del mismo, entrando a formar parte de la Gran Colombia, de la que se independizaría también ocho años más tarde.
Después de una larga alternancia de regímenes civiles y militares, ahora es una de las democracias más estables de Suramérica, a pesar de algunas tentativas de reformas sociales y de gobierno que no han encontrado el apoyo de la población y han sido reprimidas por el ejército.
El gobierno en el poder se caracteriza todavía por un alto nivel de corrupción.