Tres héroes que luchan en contra del hambre y la desnutrición

"En Compassion tenemos un sueño, que todos aquellos que aman a Jesús puedan marcar la diferencia en el mundo", dice Sidney Muisyo, director de Compassion International.

"Cada persona debe crecer y desarrollar el potencial que Dios le ha dado. Cuando pensamos en el crecimiento y desarrollo de un niño, el acceso a los alimentos es imprescindible".

En estos momentos, el mundo se enfrenta a una devastadora crisis alimentaria global. Las personas que ya viven en condiciones de pobreza serán los más afectados por el impacto de la inflación, la guerra en Ucrania, la crisis económica y el cambio climático.

Junto con nuestras iglesias colaboradoras, estamos luchando en contra de los devastadores efectos del hambre. Uno de ellos es la desnutrición, que expone a los niños en vulnerabilidad a enfermedades, llegando a ser incluso mortales.

Nuestros colaboradores y más de 8.500 iglesias asociadas atienden a los niños que viven en pobreza, buscando soluciones alimentarias sostenibles a largo plazo para todos los niños y sus familias.

Adjo, cocinera en Togo

Durante más de cinco años, Adjo ha servido fielmente como cocinera en un centro Compassion, preparando comida a cientos de niños cada semana. A menudo, los platos que sirve son lo más nutritivo que los niños recibirán.

"Soy cocinera desde que comenzó el centro", explica Adjo. "Es responsabilidad de todos hacer su parte, de corazón".

Adjo forma parte de Compassion a través de la cocina. Su servicio garantiza que los niños reciban por lo menos un plato de alimentos nutritivos, en especial durante la actual crisis alimentaria global. A través del arduo trabajo en equipo e infinita dedicación, cada cocinero lleva esperanza a sus comunidades: una comida a la vez.

Eliane, maestra en Brasil

Cuando Gabriely llegó por primera vez a su centro Compassion en Brasil, era una de los 828 millones de personas que se acostaban con hambre cada noche. La única comida con la que la niña contaba era la que le ofrecía el centro Compassion.

"El hambre es un sentimiento de desesperación que nunca te abandona", recuerda su madre, Valdilene. "Te levantas sin saber qué desayunar y no tienes nada que comer al mediodía. Te duele el estómago. Te vas a la cama y sabes que el día siguiente no será diferente".

Muchas cosas han cambiado para Gabriely y su familia desde que asiste a su centro Compassion. Ahora están más tranquilos, sabiendo que tendrán alimentos y, además, serán nutritivos.

Sin embargo, es difícil que la sensación de desesperación desaparezca. Muchos niños continúan teniendo miedo al pensar que esa podría ser su última comida, por lo que comen muy rápido y esconden alimentos en sus bolsillos para después.

Eliane, maestra en el centro Compassion, enseña a los niños a desarrollar una relación sana con la comida. Ella y todos los maestros alrededor de Compassion entregan suministros alimenticios a familias en desesperación. Se encuentran en primera línea, prestando ayuda y atención allí donde sea necesario.

Esaie, director de centro Compassion en Burkina Faso

Rosalie, una mamá preocupada por sus hijos, no sabía cómo alimentar a sus pequeños. Empezó a buscar ayuda, y así fue cómo encontró a Esaie.

Esaie es el director del centro Compassion de su pueblo. Desempeña un gran papel en la asistencia a las familias. Durante la pandemia, fue una de las personas más activas en la entrega de suministros y alimentos.

"Puedo decir que el apoyo de Compassion está revolucionando la vida de los niños y sus familias. Ayudamos también a sus padres a montar pequeñas tiendas. Rosalie es una de ellas", nos cuenta Esaie.

"Las mujeres como Rosalie son más fuertes ahora. Me da mucha alegría verla sonreír, cosa que no podía hacer hace unos meses".

Cada uno de estos héroes trabaja diariamente en beneficio de los niños, pero necesitan nuestra ayuda.

Agradecemos vuestro constante apoyo mientras la iglesia local continúa sirviendo a los niños durante la crisis alimentaria global. ¡Responde al hambre con esperanza!

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