En 1531, cuando llegaron los españoles, el territorio que ahora está incluido en el Perú constituía el núcleo de la gran civilización inca.
España consideró este país como tierra de conquista y ya en 1542 había consolidado el control sobre él. El oro y la plata de los Andes enriquecieron a los conquistadores y Perú se convirtió en la fuente principal de riqueza y poder español en Suramérica.
El movimiento para la independencia de Perú se consolidó en 1821, cuando fue finalmente reconocida su autonomía. Desde ese momento se sucedieron regímenes dictatoriales más o menos duros, ya fueran militares o civiles.
Después de la grave crisis social y económica de los años 70 y 80, el país se ha recuperado, las tierras se han redistribuido, pero grandes sectores de la población viven todavía en condiciones de extrema pobreza.