Únete a nosotros en la lucha para proteger a las niñas y mujeres
Historia de una lucha contra la mutilación genital femenina
Cambia para siempre la vida de una niña … ¡y la tuya!
Gracias a tu apadrinamiento, protegeremos a una niña de la violencia y la pobreza, dándole la oportunidad de crecer en un entorno seguro.
La pobreza destruye la esperanza, los sueños y el futuro de los niños en situación de extrema vulnerabilidad. Sólo el amor de Jesús es más fuerte que la pobreza, y ellos reciben ese amor a través de los cuidados de la iglesia local y el afecto de personas como tú: un padrino que los cuida y los ama.
Transferencia o ingreso en cuenta bancaria: La Caixa ES47 2100 3060 5322 0185 5587 ("Infancia Vulnerable")
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Recuerda: tus donativos gozan de beneficios fiscales y son deducibles o detraíbles.
En África ya se han rescatado a cientos de niñas de la mutilación genital femenina, pero no nos detendremos hasta que todas las niñas estén protegidas.
El centro de rescate de Florence ha salvado a más de 413 niñas de la mutilación genital femenina (MGF) y del matrimonio precoz. La lucha de esta maestra de primaria contra la mutilación genital femenina comenzó con su propia huida cuando era niña.
Cada año, 3 millones de niñas corren el riesgo de sufrir mutilación genital femenina.
“Muchas niñas tienen que hacer el peligroso viaje al centro [de rescate] por la noche. Algunas pasan días caminando sin comida ni agua, dependiendo sólo de personas que las ayuden o buscando por el camino algo que comer. Llegan al centro cansadas, sucias y desnutridas”, nos cuenta Florence.
En nuestra comunidad, cuando una niña cumple unos nueve años, la someten a la mutilación genital femenina y luego la casan.
“Conozco niñas de mi edad que pasaron por la mutilación genital femenina y ahora parecen ancianas debido a sus difíciles vidas y la depresión que sufren”, dice Faith*, 14 años de edad.
“Todos podemos colaborar con el trabajo de personas como Florence compartiéndolo con nuestro entorno. La MGF es una violación de los derechos de las niñas y debe ser tratada como tal: ¡un delito!”, añade.
“Las niñas y las mujeres son los pilares de una nación. Una niña que ha recibido educación tomará mejores decisiones para su familia y su entorno”, explica Florence.
“Cuando las niñas y las mujeres tienen la posibilidad de trabajar, toda la comunidad experimenta los beneficios”.
“El programa de apadrinamiento les brinda la oportunidad de aprender, y les da las herramientas necesarias para luchar contra esta práctica tan arraigada en algunas culturas”, dice Yusuf, pastor de la iglesia local.
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